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Pesadillas y terrores nocturnos en la infancia. Aprende a identificarlos y cómo actuar

Pesadillas y terrores nocturnos en la infancia. Aprende a identificarlos y cómo actuar

La crianza viene con un montón de sorpresas, ¡y algunas de ellas suceden en la oscuridad! ¿Alguna vez has escuchado sobre los "terrores nocturnos" y las "pesadillas" que afectan a los peques? La Asociación Española de Pediatría nos ayuda a entender estos misterios y nos da algunos consejos sobre qué hacer cuando aparecen en nuestras noches.

Terrores nocturnos: El misterio del sueño profundo

Imagina esto: tu hijo está profundamente dormido, y de repente, ¡comienza a gritar y llorar sin razón aparente! Podría ser un episodio de "terrores nocturnos". Estos sustos ocurren en las primeras horas de la noche, cuando el sueño es más profundo. El niño puede gritar, llorar, agitarse y sudar, pero aquí está el truco: ¡está totalmente dormido! Entonces, ¿qué debes hacer? Mantén la calma, no intentes despertarlo y asegúrate de que no se dañe.

Pesadillas: Cuando los sueños se vuelven aterradores

Ahora, las pesadillas son como películas de terror en medio de la noche. El niño se despierta asustado, recordando vívidamente el sueño y, a veces, confundiéndolo con la realidad. Estos sueños desagradables pueden ocurrir en cualquier momento de la noche y al despertar, el pequeño está nervioso, agitado y le cuesta volver a dormir. ¿Qué puedes hacer? Tranquiliza al niño, ofrécele apoyo y evita hablar del tema en ese momento. También se les puede dejar algún objeto que le proporcione seguridad o dejar una pequeña luz encendida.

Consejos para un sueño tranquilo

  • Para evitar tanto los terrores nocturnos como las pesadillas, aquí tienes algunos consejos sencillos:
  • Asegura que tu hijo duerma lo suficiente y siga una rutina de sueño regular.
  • Antes de acostarse, crea un ambiente tranquilo con actividades relajantes como bañarse y leer cuentos.
  • Evita las películas o cuentos de terror antes de dormir, así como los juegos que los emocionen demasiado.
  • Si notas que tu hijo está estresado, trata de identificar y eliminar las causas de su estrés.

 

 

 

 

Recuerda que, en la mayoría de los casos, estos episodios son temporales y se solucionan solos con el tiempo. Sin embargo, si persisten o afectan el sueño de tu hijo, buscar ayuda de un profesional puede ser una opción útil. En la travesía de la crianza, el sueño de nuestros pequeños es un misterio que vale la pena resolver.

En esta época de “terrores divertidos” también tenemos que entender que hay peques a los que no les divierte tu máscara, ni los sustos, ni tan siquiera disfrazarse. Por lo que hay que respetar su decisión sin avergonzarle ni insistir.

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Fuente: Asociación Española de Pediatría

 

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